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¿Que le pasa a CCOO con las pensiones?
Articulo de Arturo Moreno
El sistema público de pensiones en España siempre ha estado en el punto de mira de las políticas neoliberales. Los ataques se han producido tanto con los gobiernos del PSOE como con los del PP, lo que demuestra que a la hora de servir a los intereses de la banca y de las compañías aseguradores no hay muchas diferencias entre ellos. Hagamos un breve repaso a la historia de los ataques y los pactos de pensiones.
Podemos hablar de dos etapas. La primera hasta la crisis de los dos sindicatos mayoritarios en 1994 (con la salida de Nicolás Redondo de la secretaria general de UGT, y con ruptura interna en CCOO) y su estrategia era la de oponerse a los recortes o firmar pactos de mejora. En 1985 se produjo la primera agresión al sistema de pensiones por el gobierno de Felipe González. CCOO, junto con USO, CGT, ELA-STV y otros sindicatos convocaron la Huelga General del 20 de junio. Dirigía el sindicato Marcelino Camacho. UGT no convocó la huelga, pero se manifestó junto a CCOO en las vísperas, y Nicolás Redondo y algún diputado más votaron en el Parlamento en contra de la nueva ley del ministro Almunia. Fue uno de los elementos de ruptura entre la UGT y el PSOE. Cabe destacar en esta etapa el positivo acuerdo en materia de pensiones que se produjo tras la Huelga General del 14 de diciembre de 1988, con el que se conseguía el derecho a las pensiones no contributivas y la revalorización automática.
La segunda etapa es un recorte continuo, tanto en situaciones de crisis como de expansión económica. En 1996 firmaron los sindicatos un acuerdo con Aznar recién llegado al Gobierno, con un el rimbombante nombre de ”para la racionalización y consolidación de la Seguridad Social”. Dirigía CCOO Antonio Gutiérrez, que andaba por entonces en plena persecución del Sector Crítico del sindicato y que llegó a la defenestración de Marcelino Camacho de la presidencia. Con el acuerdo sobre el Pacto de Toledo (ampliación del período de cálculo, reducción de los porcentajes) se recortaron los derechos potenciales de los trabajadores en materia de jubilación, entre un 7% y un 21%. Con éste acuerdo y otros más que aseguraron la paz social, se permitió la aplicación de una política neoliberal (privatizaciones…), que hizo que en dos años España pasase de no cumplir ninguna de las condiciones de convergencia a cumplirlas todas. Se había aplicado uno de los ajustes más duros del periodo democrático.
El siguiente pacto lo firmó solo CCOO (sin UGT) en 2001. Seguía gobernando Aznar y el secretario general de l sindicato era José María Fidalgo. Aunque contuviera algunas mejoras concretas, estimulaba el retraso de la edad de jubilación más allá de los 65 años, abría la posibilidad de establecer un nuevo período de cálculo con toda la vida laboral, reducía cotizaciones empresariales a la Seguridad Social y pretendía fomentar los planes y fondos privados de pensiones.